sábado, 30 de agosto de 2008

predecible

-Eres tan predecible –susurro para mí. Pero sé que me oirás. Y quizás quería que me oyeras. Y me oyes.
Te quedas congelado a mitad del camino, sin moverte para nada. Y entonces te volteas con lentitud. Te volteas y me miras. Por fin. Me miras a los ojos. Y me miras por lo que parece una eternidad. Y el asomo de una sonrisa aparece en tus labios. Y sé que no hace falta que digas nada; te entiendo sin que lo digas.
Te volteas otra vez y terminas de desaparecer de mi vista. Y te fuiste sin decirlo. Pero yo te comprendí. Y eso sólo confirma lo que tratabas de decirme.
Quizás no es que tú seas predecible. Quizás yo te conozco demasiado.

miércoles, 27 de agosto de 2008

miamiga

Quiero vivir en un sueño eterno a veces, con los ojos cerrados. En un mundo paralelo donde todo pero todo sea casi igual a las canciones que Lennon escribió; a veces siento que me ahogo en todo esto, a veces siento que me ahogan, a veces me canso de pensar tonterías no tan tontas, o de escribir en estos espacios para satisfacer alguna necesidad que todavía no sé cual es.
Me cansé de esto, de las cursilerías (la vida, en este momento, es una cursilería), de mí, de Bush, de los demócratas y republicanos, de la duda, de tu depende y de mi masticar.

Vuelve mi indigestión con Lemon Pie; vuelve lo que nunca se fue.

domingo, 24 de agosto de 2008

chau pseudo (oficial)

Que lindo despertarse a las 6 de la tarde con dolor de cabeza y menos neuronas que ayer.

jueves, 21 de agosto de 2008

habladurías de cari


-Yo cuando me muera quiero seguir viviendo
-Así sería todo mucho más fácil....supongo

martes, 19 de agosto de 2008

Curcilerías (Lucía y Sebastián II)

-Es que yo... - comenzó Sebastián tan de repente que Lucía creyó que no le hablaba a ella, pero entonces claro, a quién le hablaría sino. Se quedó quieta, porque cualquier movimiento podría hacerlo callar, porque sabía lo quisquillosos que son los varones. - Yo creí... - siguió entonces, y su oz se había vuelto a quebrar, pero la recompuso de inmediato y se tragó un sollozo que perdió (pero contra el mejor, eso no es vergüenza)- Creí que aquí... - y se volvía a trabar, porque cada palabra entera le costaba una lágrima suprimida, y era un costo necesario y hasta justo si uno supiera, si todos supiéramos- Que aquí, al fin... -le faltaba para terminar y Lucía sufría con él, y sentía su estómago revolverse bajo ella, y quizás el olor a carne asada estuviera haciéndole mal a su hígado- Que al fin sería... -el codo de Lucía pedía a gritos que lo liberaran de la presión- Que al fin sería... feliz...

viernes, 15 de agosto de 2008

bienvenida

La puerta de su dormitorio no hacía ruido, así que era más sencillo. Aun estaba oscuro allí, porque su ventana daba al oeste. Pero estaba frío, y afuera hacía calor y era verano, y los grillos cantaban. Algo estaba mal. Pudo entrever en la oscuridad, sentada sobre el sillón bajo la ventana, una figura de mujer. Una figura de torso alto, cabellos negros y largos, lacios como caída de lluvia, ojos que no se veían pero que se mostraban claros y abiertos, piel pálida y casi enferma, fría, helada.

Sebastián sabía que lo más prudente era sacar algún arma, apuntar a la mujer y tomar control de la situación. Pero había algo que se lo impedía. Entonces recordó situaciones parecidas, en otra parte de su vida, mucho más atrás y enterrada, pero creía saber qué hacer. Intentó alivianar la situación diciendo:

-Si pudiera la convidaría con algo de tomar -pero ninguna risa salió de los labios morados. Sebastián se sentó a los pies de su cama, enfrentando a la mujer- ¿Quién eres? -preguntó. Pero sabía que no hacía falta preguntar. Lo había sabido desde el momento en que la vio. La mujer esbozó una sonrisa, que no era una sonrisa para nada.

-Soy la Muerte -dijo.

miércoles, 13 de agosto de 2008

sin razón

"Todo el tiempo queriendo escapar
y nada acaba"

Y con el paso de los minutos dejé de llorar. Tenía un reloj en la cocina, y los sollozos fueron dando paulatino lugar a que el silencio fuera parcialmente llenado con el tic tac de las agujas del reloj colgado en la pared al lado de la ventana (para que desde cualquier lugar de la mesa se lo pudiera ver). Ahora sólo faltaba recuperar el ritmo normal de respiración (nuestra respiración). Y sucedió poco a poco, mientras yo tosía de vez en cuando, mientras aun hacía ruido con mi nariz y tragaba fuerte y mis pulmones se regularizaban y ya no lloraba y ya no lo haría.

"no conozco nada de verdad
y sin embargo dejo de pensar"

Y aquí fue cuando todo comenzó a ser más difuso. Aquí se perdieron nuestras palabras y después recordaría bien luego qué fue lo que pasó. Como si todo fuera cubierto por un velo de voces y una frase entrecortada que era la verdad de más de uno y ya no parecía tan necesario saberlo.

"sólo quiero correr,
que todo sea calor"

-Sólo... dime qué sucede... –rogó, intentando subir su mano hacia mi rostro. Una mano que no subió.

lunes, 11 de agosto de 2008

Cursilerías (Lucía y Sebastián I)

-¿Por qué siempre te muerdes el labio? –preguntó de súbito y en un tono serio el muchacho mirando directamente a los ojos de la chica. Ella se sonrojó al notar que la miraba así.
-Es algo inconsciente cuando estoy nerviosa... –dijo, y se sacó la bufanda.
-¿Y yo te pongo nerviosa? –continuó Sebastián, aun más intenso. Ella asintió sin quitar sus ojos del suelo- ¿Por qué? –preguntó en un susurro.
-Porque crees que eres mejor que yo... –respondió en igual tono- Y aunque sé que no es verdad, sé que tú lo crees...
Sebastián sintió su pecho encogerse.
-¿Cómo sabes que me muerdo el labio todo el tiempo? –preguntó Lucía, aun sin levantar la vista. El muchacho parpadeó para esclarecer sus ojos, que de repente se habían nublado.
-Porque te observo... –dijo, y se sacó la bufanda. Lucía se sonrojó de forma violenta.
-¿Por qué me observas? –preguntó alzando la vista.
-Porque... porque sí... –dijo, y se sacó su campera.
Lucía tragó saliva.
-¿Te molesta que te observe? –preguntó Sebastián mientras se corría un poco hacia la chica, sin dejar de mirarla. Ella tomó aire.
-No –dijo, y se sacó su capa. Hubo un incómodo momento de silencio.

sábado, 9 de agosto de 2008

love parade

Llegaste, me hablaste, sonreíste s, me miraste;
-que flacucho que estás- volviste a sonreír, me volviste a besar, te volví a besar
-basta, basta- parece que te encanta sonreír (luces que te aman). Antes de empezar a escribir supuse que a la vuelta de Bariloche había terminado algo, pero según una persona lejana a mí, "nada termina, todo se transforma" ,miedo quizá; volví mirando por la ventana pensando y preguntándome el sentido de mi vida, si todo terminaba acá, si estos cuatro años vividos en tierra extranjera terminaban con este viaje vivido lleno de emociones nuevas y sensaciones extrañas.
Entonces sonreí escuchando y afirmando que estaba en un nuevo love parade. Aún recuerdo esa sensación de abandono, esas miradas raras y ese sentimiento que tenía gusto a cartón. Divagaba por lugares visitados anteriormente, por amistades perdidas y ganadas, por personas que tanto daño me hicieron que ahora les doy gracias por participar tan activamente en mi sufrimiento, ese sufrimiento que hace de mí lo que soy hoy; entonces , soy una persona sufrida? (esa temática la dejaré para mis tardes tiradas en la terraza de mi edificio)
-otra vez? ay no sé !- si tenés un tic, definitivamente es sonreír de costado arrogantemente (ya te dije, Juan, cuando seas grande vas a tener más arrugas de un lado que de otro)
Acaso estoy eligiendo bien? creo que nunca elegís del todo bien, creo que siempre hay un pro y un contra y que de algo te arrepentís y de algo te sentís orgullosa.
Que lindo se siente arruinarme con vos, otra vez y otra vez, y lo volvería a hacer aunque me cueste millones de delirios.

viernes, 8 de agosto de 2008

john

(tomar con pinzar queridos lectores -si es que los hay-)
- Te desperté ?-
- Qué pasa Juan ? -
Bienvenidos a mí cama, mi celular, mi cuarto, mi ropa, mi comida, mi familia, amigos, mi habitación, mis deseos, mis sentimientos; bienvenidos a mí ; bienvenidos a un tour por la cabeza algo bipolar de Camila, que de vez en cuando salta de emociones como de gustos o como cambio de remera. Ayer te odié y hoy quizá ya no te odie más; siempre pasa esto de que un día pantalón y otro pollera, quizá por eso me arrepiento tanto de muchas cosas o pida muchos perdones, quizá por eso soy un día una y otro otra, quizá por eso ayer cuando me llamaste te atendí de esa manera.
-Te amo-
-Yo también- Suspiro.

jueves, 7 de agosto de 2008

fccn!

Cuando la ficción parece realidad mis ojos se cierran y transforman todo en un mundo lleno de esa blanquísima nieve que tanto frío me proporciona, ese frío que penetra mis huesos y me hace pensar hasta en las ficciones mas dolorosas y en los sueños por cumplir. Hoy dormí y traté de dejar de alucinar, de preguntarme cosas que ya se, de parar un poco con el sentimentalismo que tanto detesto y que ahora parece adueñarse de cada uno de mis actos.

Cuando la ficción parece realidad siento que te siento, que no hay nada mas que azulejos que nos ocultan, bah, te ocultan. Ganas de gritar, arrojar, estupidizar toda la situación; ganas de no tener ganas y volver a meterme en mi cama a llorar por tonterías que no merecen tanto escándalo, por errores que no merecen tanto escándalo (vos no merecés siquiera algo de escándalo).

Cuando la ficción se hace realidad yo me tomo todo con pinzas y vuelvo suspirando entre lo blanco y negro, entre la espada y la pared, entre tus mentiras y las mías, entre la música psicodélica y una servilleta que utilicé rodeada de velas para marcar algo que no valió la pena (vos no vales la pena).

Cuando mi ficción se hace realidad te veo partir con zapatillas baratas y suena la música y delirio en mi cabeza. Cuándo, cómo y porqué, la ficción se volvió realidad para arruinarme; que feo ficción cuando te ponés en mi contra (te amo, te odio, dame más), que fea ficción, que fea realidad, que feo delirar sin sentido y pensar y pensar y pensar.