jueves, 21 de mayo de 2009

Siento que

A veces siento que te me escapás, que te vas, que no sentís, que voy a revivir (a vos y a mí); sometimes algunos tiempos; pensé que ... soñé que... (bum)

miércoles, 20 de mayo de 2009

Back Again

Entre la filosofía de la vida y el laburo que es una mentira.
Entre los apuntes y la yerba.
Entre nuevo nuevo nuevo.
He vuelto, again, he vueltoreli al mundo del Blog.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Festividades

Una excusa para comer en exceso.
Te extrañaba blogsi.

miércoles, 8 de octubre de 2008

una más

Él nunca le había dicho que la quería, pero había hecho que se sintiera querida, deseada. Le había metido las manos en el pelo, la había desnudado, había tocado partes de su cuerpo que nadie más había conocido. Le había susurrado al oído, la había mirado como si no existiera nada más.

Y todo eso era mentira. Tan sólo una parte de su ritual de apareamiento, el rito de la conquista.
Ella era feliz hasta que él apareció en su vida. Cuando se enamoró de él, logró seguir adelante, sin querer ni esperar nada de él. Pero ahora sólo podía ser desdichada. Porque sería infeliz con él y sería infeliz sin él. Y le odiaba por usarla y por esa pequeña parte de ella que a pesar de todo quería que lo hiciera.

Le odiaba por robarle la inocencia, por dejar su indeleble marca en ella. Para siempre.
Y sobre todo, le odiaba por seguirla fuera de clase, por atreverse a romper las reglas al tocarla en el interior de la muñeca, en ese lugar en el que tantas veces la había besado, en un pasillo concurrido, por obligarla a mirarle a los ojos. Esos ojos que a pesar de todo, a pesar de las mentiras, los engaños, las traiciones, seguían mirándola como si fuera especial. Cuando ella sabía que no lo era.

-Vete a la mierda –le dijo con sentimiento, aunque su voz sonó débil y estrangulada. Se liberó de su mano y mirándole con desprecio, se dio media vuelta y se alejó por el pasillo.

Más tarde, cuando nadie la viera, cuando se sintiera segura, a solas, ella se derrumbaría. Pero él sólo pudo ver su cabeza erguida alejándose entre la gente. Aunque no sabía que lo único que la mantenía en pie, era su ira.

domingo, 5 de octubre de 2008

pizarrón

(Abril 2008)

Injusticia, poder, envidia, esto parece un infierno. Pecado, perdón, sueño, mucho sueño, quizá demasiado, quizá no tanto, quizá ya no sé que estoy inventando. Invento? Es acaso un sueño? Quizá, tal vez, puede ser, ojalá.

Sus pasos son tan pesados, como su respiración en algunos casos. Su mirada verde, sus brazos azules y su pecho celeste y blanco.

Hace mucho tiempo escuché escuchar y desde ese momento no escucho más.

Muchos dicen que las tizas no se manchan con sangre, muchos, él, mancha las tizas con sangre y otros, unos pocos, me susurran que lo que verdaderamente importa es lo que hay escrito en el pizarrón.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

predecible III

Tienes miedo, y además eres débil. Tu fortaleza no es más que una coraza. Finges que no te importa. Pero te está matando.

Y lloras. Lloras por todos los que murieron y todos los que morirán. Y lloras por furia, y lloras por odio, y lloras por impotencia... Impotencia, porque sabes que, por más que pudieras hacer lo que quisieras hacer, no tendrías el valor. Porque no eres tan valiente como le quieres hacer creer a tus muchachos.

Y habrás llorado tanto que ya no habrás podido diferenciar si lo hacías o no.
Por más que quieras pretender ser indiferente, yo sé la verdad. Y sé que eres la persona más sensible que conozco.

¿Te dije alguna vez que eres la persona más sensible que conozco? Por supuesto que no. Jamás tuvimos alguna plática donde aquella declaración no quedara inapropiada.

Y habrás notado que estaba lloviendo. Y entonces habrás caminado bajo la lluvia. Y te encanta caminar afuera cuando llueve. Porque las gotas de lluvia se confunden con tus lágrimas. Y nadie podrá decir que has llorado.

Y te habrás alejado. Porque tampoco querrías ir con tu amigo gigante. Porque sabes que él no es ajeno a todo esto. Y desearías serlo.

¿Podrías, alguna vez, ser un poco egoísta?

¿Podrías por lo menos pretender que importas más que cualquier otra persona en el mundo?
Pero en ese momento, el único sentimiento dentro de ti es la impotencia; no el único. Pero si el más fuerte.

Y sentirás deseo de desquitarte. De que alguien te devuelva algo de lo perdido. Y sabrás que eso es imposible. Que quienes tienen que pagar no pagarán. Pero querrás tu modesta venganza.
Y entonces recurrirás a mí. Porque yo soy lo más cercano a todo lo que odias. Y soy tu chivo expiatorio. Entonces vendrás a mí.

Como siempre haces.

Y yo lo sé. Y te espero.

martes, 16 de septiembre de 2008

Cursilerías (Lucía y Sebastián III)

Por unos largos segundos, reinó el silencio y ambos se miraron. Los ojos de Lucía y los grises de Sebastián se encontraron y quedaron enlazados.

-¿no vas a besarme todavía?-preguntó Lucía con tranquilidad. Sebastián se puso tenso bajo el peso del delgado y desgarbado cuerpo de la muchacha y abrió y cerró la boca desesperadamente un par de veces. Se sentía totalmente desconcertado, nervioso y tímido cerca de ella, y no sabía como responder a esa pregunta, ni cómo salir de esa situación.
-Está bien-dijo ella alegremente-Entonces tendré que hacerlo yo.

Y dicho esto, sin ninguna vergüenza, se inclinó sobre el rostro de Sebastián y le dio un beso con los labios apretados que se extendió por unos cinco segundos. Después se apartó y le miró con una dulce sonrisa en los labios al ver la expresión indescriptible del muchacho.

-Ha sido mi primer beso-susurró la niña-¿el tuyo también?
Sebastián sólo acertó a asentir lentamente con la cabeza, demasiado impactado aún.
-Mi madre dice que el primer beso nunca se olvida-explicó Lucía mientras se apartaba de Sebastián y se ponía en pie, sacudiéndose la nieve del abrigo. Después le miró y le tendió la mano para ayudarle a levantarse-Eso significa que ahora no podrás olvidarme nunca.

lunes, 8 de septiembre de 2008

predecible II

Entonces ambos recuperamos el aliento. Y nos quedamos en silencio, hasta que nuestros corazones no se oigan más. Y yo te miro a los ojos. Y tú no. Miras a un punto cualquiera por sobre mi hombro. Y sé que no me mirarás. Como también sé que jamás mencionaremos este asunto. Como también sé que la semana próxima cuando te vea caminar por esos pasillos tan conocidos te harás la indiferente.
Te levantas del sillón sin decir una palabra. Acomodas un poco tu pelo con tus manos, y te paseas frente a mí. Aun no me miras. Y levantas tus cosas. Y te colocas la ropa. Y aun no me miras. Y terminas de vestirte, y miras todo el lugar como si te estuviera faltando algo. Y miras a todos lados. Menos a mí.
Entonces, totalmente de súbito, te me acercas y me besas otra vez.
Y el beso se termina, y aún no me miras.
Como siempre haces.

sábado, 6 de septiembre de 2008

En toda la historia de mi vida nunca viví nada parecido como este sube y baja de dolores en menos de una hora; a veces me sorprende la tecnología y los calmantes y las drogas y todas las cosas que hacen que el mundo se desvirtue de la realidad, no tendrían que sorprenderme o sí? debería acotumbrarme a todo? a lo habitual ? Creo (no estoy segura, pero lo estaré) que por eso miro al cielo cada vez que camino.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

instrucciones para llorar

Cortazar me da 3 minutos y yo me tomo una hora tirada envuelta en sábanas y escuchando nada y con los ojos cerrados y te imagino y me imagino y es todo y es ficción.