-Lucía
Era Sebastián. Susurraba contra la puerta y había golpeado suavemente contra la puerta, con dos nudillos o quizás tres. Me senté más inquieta sobre mi (incomodísima) cama y cerré el libro por completo. Había sido ya extraño nuestro encuentro en la cocina, me había dejado muy turbada y con miles de preguntas en mi cabeza. Y ahora Sebastián se me aparece a las doce de la noche en mi puerta, susurrando mi nombre, y esperando una respuesta que si supiera lo que era correcto no llegaría jamás.
Junté mis piernas con mi pecho y las abracé levemente.
Quizás se vaya.
-Lucía
O quizás no.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
ficcin es porque te comiste una "o", no? jajaja
Hoy TFO camcam (:
buenisimo tu blog
Publicar un comentario