-Lucía
Era Sebastián. Susurraba contra la puerta y había golpeado suavemente contra la puerta, con dos nudillos o quizás tres. Me senté más inquieta sobre mi (incomodísima) cama y cerré el libro por completo. Había sido ya extraño nuestro encuentro en la cocina, me había dejado muy turbada y con miles de preguntas en mi cabeza. Y ahora Sebastián se me aparece a las doce de la noche en mi puerta, susurrando mi nombre, y esperando una respuesta que si supiera lo que era correcto no llegaría jamás.
Junté mis piernas con mi pecho y las abracé levemente.
Quizás se vaya.
-Lucía
O quizás no.
sábado, 31 de mayo de 2008
miércoles, 28 de mayo de 2008
domingo, 25 de mayo de 2008
sábado, 24 de mayo de 2008
lunes, 19 de mayo de 2008
viernes, 16 de mayo de 2008
jueves, 15 de mayo de 2008

En un ping pong de sentimientos, en una sonrisa que parece desaparecer, una carta, una noche, muchos mensajes. Ironía. Es verdad, es mentira, ya nada es real. Humo, cenizas, fuego, fotos, menta.
-Y quién podrá salvarnos?- Ella sonrió pensando en la respuesta de hace unos años. Dónde estaba el chavo del 8 cuando se le necesitaba? Dónde estaba esa ficción que se tendría que hacer realidad? Dónde estaban las palabras sin sentido que le hacían reír? A dónde se esfumaron esas ansias? Esos besos? Esas caricias? Por qué el por qué parecía tan difícil de contestar? Por qué todo parecía tan diferente ahora que no estaba?
La soledad penetraba sus huesos y el viento se llevó lo que no terminó de arrastrar el subte de Baires que te lleva al Abasto (no al, sino en). Es verdad, es mentira, ya nada es real.
domingo, 11 de mayo de 2008
Ayer la ciudad de los desaparecidos, de las tristezas, de los domingos embriagados de dolor me llamó a mi casa a eso de las ocho, buscando refugio. Me invitó a fumar un pucho y yo le sonreí. Que linda ciudad, mi ciudad. Que lindos edificios, que lindas voces, que linda música, que linda gente, que lindas hojas manchadas con tintas, que linda piel que se estira, que lindo es ver, crecer, soñar y volar. El reloj sigue con su "tic tac" y todos nos largamos a llorar, la hora está por llegar, las campanas suenan y la ciudad se ilumina, me espera, nos espera, nos encierra, nos separa y nos alaba. Así viniste ciudad, ante mí, a fumar y a tomar, a vivir y a morir, a sufrir y a sentir.
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